¿Hey, cómo estás?… Era otra conversación más, limitada a ser no más que una amistad. Me pregunto cuándo se dio la regla de «Nunca sentir algo por alguno de los amigos de tu hermano». Por qué sentir un sentimiento de culpa cada vez que se queda en salir un fin de semana con el amigo de tu hermano. Y si es el amor de tu vida, por qué dejarlo pasar, y si se llega a comprender el sentido de la espontaneidad a sus anchas por qué aún uno puede sentir esas sansaciones de mal paso y de traición.
Quizás esta regla tácita ya dejó de existir o sigue vigente para algunos(yO), sin embargo, hay muchas consideraciones que se deben de tener en cuenta. Consideraciones que me resultan muy importantes. Por ejemplo, si se trata del mejor amigo de tu hermano, el amigo con quien llegó a parar un aproximado de 20 horas a la semana y a quien llamaba para preguntar únicamente por su «brother»; quien resulta ser en poco tiempo tu pretendiente oficial, quien ya no vaya a buscar con frecuencia a su «brother» con balón en mano, sino que es quien va ahora a buscar a la hermana del «brother» con rosas en mano. En este caso se podría experimentar los celos, incomodidad hasta que el individuo se adapte a la nueva realidad. Son riesgos que se corren y nos plantean interrogantes sobre qué hacer para evitar los conflictos que se puedan suscitar con tu hermano y, el que podría presentarse entre tu hermano y tu oficial pretendiente. Y ¿ dónde están los mejores amigos?
Po otro lado, están los casos del hijo de la mejor amiga de tu mamá. Las mamás siempre van a estar de lado de sus hijos, supongamos que la mujer se queja con su mamá por las faltas de atenciones, y por su parte, el chico también se queje con su mamá por la falta de afectividad de la mujer. Ambas madres son amigas, y muchas veces las madres toman cartas sobre el asunto y ciertas veces estos asuntos provocan diferencias entre ellas. Y la pregunta ¿dónde están las amigas?
No todos los casos se muestran así, hay casos que se asimilan de la mejor manera, y es más, el nuevo vínculo fortalece todas las interrelaciones en juego. Pero son todos estos análisis que desfilan con los segundos que nos tomamos para pensar una respuesta para un …me gustaría verte.